7 de mayo de 2009

Noches blancas – Aullidos-


Noches blancas, blancas, porqué veo las estrellas brillar encima de mí, las veo que me dicen ¡Oye niña porque no haces algo bello!! ¿Por qué no vives?…y así siguen preguntando cómo es la vida aquí, en este mundo de locos intrépidos, en este mundo de personajes de ficción, de personajes de cuentos, de historias bellas. Porque las hay, y muy bellas, aunque se empeñan en contarnos historias amargas, dicen que vende más, pero no me lo creo. Cuantas veces he visto con mis propios ojos llorar a personas cuando están viendo una buena noticia, cuando hablan de alguien que se ha salvado, de esos ángeles que aparecen cuando el dolor es más fuerte que la vida, ese dolor profundo que hace que te duela la piel, te duela el alma, pero si aparecen, están ahí y te ayudan a seguir viviendo, soñando con esas cosas que quieres, con esos deseos que tienes y que quizás sean eso, “ deseos” , pero siempre hay algo que no debemos olvidar que es la esperanza. Que es lo que sentimos cuando estamos solos, cuando la noche se nos echa encima. Estamos solos aquí en una habitación con un papel, una copa y unas ideas que queremos plasmar en el papel, todos esos sentimientos que tenemos en el más hondo rincón de nuestro ser. La noche es esa musa que a los poetas nos da la luz para poder expresar aquello que sentimos, aquello que realmente nos importa, versos, palabras, sentimientos. Alegrías, penas, desengaños, terror, amor pero ante todo creo que lo que más impulsa es la ilusión. Se utiliza mucho la palabra esperanza, la mía es la ilusión, si “ILUSION” con mayúsculas, porque eso es lo que me hace mover mi corazón, mi alma, mis piernas, mis brazos, mi cuerpo entero. La ilusión no la he pedido nunca a pesar de mis momentos malos, de mis derrotas, de mis desengaños, de mis malas maneras, de mis explosiones de rabia, de odio, de querer dejarlo todo, pero, NO, siempre digo NO, porque tengo que dejarme llevar por esa fuerza maligna, NO.

Es difícil la vida, es difícil todo, la familia, el trabajo, la vida, de lo cotidiano, de la vida, pero tenemos que ser positivos, tenemos que tener siempre presente que en algunos momentos podemos ser felices, podemos desear, podemos vivir unos instantes de gloria. Eso hace que la vida sea única, para mi es preciosa, en algunos momentos estallo en sollozos, al ver que siempre hay alguien a tu lado, siempre tienes alguna razón para sonreír, para sentirte feliz, sea lo que sea. No sé, si es, que mi mundo, el mundo de escribir, de plasmar aquello que siento, hace que sea el escape una forma de librarme de todo lo que llevo dentro, quizás hay a personas que no encuentren esa forma de evasión. Pero yo estoy agradecida de haber encontrado el modo de librarme de esos miedos, pasiones, emociones, sentimientos por medio de las letras, de las palabras escritas.

Aquellos que tenemos unos sentimientos ocultos, unos sentimientos que no podemos demostrar de ninguna otra forma que no sea por medio de las palabras escritas eso que sentimos, es algo maravilloso lo que puede salir de un solo pensamiento, de una sola sensación, de un solo corazón.

Son las 2,25 horas de la madrugada….. Hoy aquí sentada, escribo todo aquello que deseo expresar, miedos, temores, ilusiones, frustraciones. Poemas en la noche que no dejan huellas, pero si dejan heridas, cicatrices escritas en trozos de papel y reveladas al infinito mundo de las estrellas.


AULLIDOS DE DOLOR

Mirando las calles, mirando las gentes

me identifico con lo que no veo,

me imagino lo que no siento,

intento recobrar la cordura

pero no me deja mi pensamiento.

No puedo organizar mi vida, sin ti no,

destino mío, pensamiento mío,

es algo que no puedo evitar, es fugaz,

pero a la vez, es eterno, duradero, perpetuo.

Camino por las calles sin rumbo ni destino,

sin horizonte, sin pensamientos, sin vida

y pienso que sería si encontrara esa huella,

esa pequeña señal de un camino, un destino

que me guiará, que me enseñara a seguir

viviendo, a seguir una forma de vida, una senda

en la que el destino me tuviera guardado

un camino hacia la libertad, hacía la felicidad.

A veces pienso en morir de amor, vivir sin dolor,

y que sería amor,

de esa vida sin dolor en el alma,

que sería vida, vivir sin desaliento, sin sentimiento,

feliz, libre, virginal, sensible,

sería quizás ese sueño que todos anhelamos

sería quizás esa utopía de la que muchos hablan

y pocos, muy pocos reclaman, pocos saborean.

Caminos escabrosos recorremos sin rumbo

caminos extraños y solo nos encontramos,

heridos, sedientos, enloquecidos,

de aquellas pequeñas ofrendas de amor,

de esas pequeñas cosas que tanto deseamos,

tan valiosas para algunos desertores,

tan pobres para esos desesperados.

Aullidos de dolor todos sentimos,

aullidos de amor deseamos y pocos merecemos,

aullidos de amor perdidos en los destinos

se esfuman en la noche de luna blanca.







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