4 de marzo de 2009

Sobre la felicidad




Esta semana he oído varias veces en en varios sitios muy diferentes la palabra felicidad, no en el sentido de concepto, sino más bien en el sentido de sentirla, de ese sentimiento que a veces nos invade, otras lo anhelamos por que no lo sentimos, otras veces lo lamentamos, y muchas lo deseamos. Pero, ¿que es realmente la felicidad? ¿la valoramos seriamente, sabemos que es sentirnos felices?, ¿ se puede ser feliz sin motivos, sin ningún tipo de acontecimiento que nos haga sentir ese cosquilleo, ese calor interior, ese vibrar dentro de nuestro cuerpo?....que preguntas ¿verdad?, pero son las preguntas que muchas veces no nos queremos hacer, esas que pensamos que quizás no sepamos contestar, tan sencillas, que nos parece difícil saber cual es la respuesta.
Creo que al menos a mi me pasa con muchos aspectos de la vida, nos ponemos a meditar, a pensar para que hemos venido, para que vivimos, sufrimos, y sobre todo para que nacemos si en poco tiempo, en una minucia de tiempo, nos vamos a morir. Y nos ponemos temerosos de pensar que si no hay nada después ¿que será de nosotros, de la vida, de todo eso que ahora tenemos aquí? y que tan poco valor le damos.
He oído muchas veces una observación que hacen muchas personas:

"Cuando salí de está enfermedad, cuando me cure, cuando....me he dado cuenta de que la vida es otra cosa, de que a partir de ahora voy a vivirla como si se me fuera de las manos, voy a disfrutar de todas esas cosas que antes ni me las miraba, porque he vuelto a nacer".

Está frase la oímos cada vez que alguien tiene una enfermedad grave y se cura, cada vez que sales ileso de un accidente mortal, o una situación en la que nos hemos visto envueltos en la sabana, en el manto de la muerte.
¿Porque no valoramos esas cosas siempre, porque no nos paramos un momento y miramos, oímos, observamos, escuchamos, tantas de esas cosas que a muchos les pasa desapercibidas durante toda su vida?.....quizás vivimos con ese impulso del " más, quiero más", o de que contra más corramos más lejos llegaremos, eso es falso. Normalmente es todo lo contrario, todas esas personas que pasan la vida corriendo, no saben nada, no han visto nada, no han tocado nada. Viven en un mundo emergido en una cueva que no tiene luz, ni salida.
Se preguntan muchos porque ahora hay tantos depresivos, tantos enfermos mentales, tanta gente que cuando la observas parece que han perdido el "norte". Es sencillo, ahora nos estamos dedicando en cuerpo y alma a los intereses particulares de cada uno, estamos haciendo de nuestra vida, nuestra sociedad, nuestra casa unos refugios apartados de los sentimientos, una especie de cueva, de refugio anti-perosona, anti-sentimiento, anti-humano. Estamos volviéndonos egoístas, perdiendo el sentido del humor, cerrándonos a cualquier clase de situación que pueda perjudicarnos economicamente o socialmente. Hemos perdido casi por completo el sentido de la vecindad, de la amistad, de la camaradería, de en definitiva el sentido de la humanidad, de la benevolencia, de la humildad, de la sensibilización por aquellas personas que necesitan ser felices, que viven desesperadas porque no tienen nada, esas personas que aún teniendo están totalmente alejadas de ese mundo de amor, de sentimiento. A veces me horrorizo al escuchar a personas que por alguna razón o problema interior, creo yo, porque si no, no es normal, dicen o sienten cosas hacía otras personas que se le pondrían los pelos de punta a cualquier persona que tenga un mínimo de sensibilidad. Se creen autosuficientes, los amos de su mundo, y en realidad no son nada, ni nadie.
Me pongo a meditar y pienso que esas personas no deben haber sabido nunca que es el verdadero amor, el verdadero sentido de el querer, la sensación de un beso, la maravillosa experiencia de el roce de la piel de alguien, la mirada más tierna de alguien que te observa sin que lo notes, eso es verdaderamente la felicidad. Aunque también creo que la felicidad en si, la verdadera felicidad no tendría que tener motivos, no deberíamos esperar que pase algo para sentirla.
Creo que la felicidad debería ser algo que llevamos dentro siempre. Debería hacernos sentir esa sensación muchas veces, es fácil, solo tienes que creer que esa felicidad está dentro de ti, que la sientes, que está ahí y que no hay que buscar excusas, o motivos para que de repente aparezca.
Si nos pusiéramos a pensar lo que es realmente la felicidad, que es para nosotros, en lo más intimo e interior de nuestro ser, creo que todos la alcanzariamos, creo que nos sorprenderíamos de lo fácil que es encontrarla, sentirla, olerla, verla....porque la felicidad somos nosotros mismos, está dentro de nosotros porque somos parte de ella, y nosotros somos los que la activamos, o la rechazamos.
Desde hace unos meses he tenido la experiencia de intentar sentirme feliz, de cambiar mi forma de ser, de observar y escuchar, de simplemente observar a mi alrededor y es fantástico las cosas que llegas a ver, te das cuenta de como son las personas, de como actúan, de lo que odian, de lo que intentan hacer contigo o muchas veces llegas a observar la apatía que llegan a sentir por los demás, por no ser como ellos, por no tener la vida que ellos no tienen. Y lo único que consiguen es estar deprimidos, rabiosos, apáticos, asqueados de todo, y sobre todo compadeciendosé a cada momento de la desgracia que tienen, de lo desgraciados que se sienten, y sobre todo ese síntoma de complejo de inferioridad que les hace pensar y creer que todos van en su contra, que todo lo que les pasa es por culpa de los demás.

En mi vida nunca había sentido eso, pasaba la vida corriendo, ciega, ahora observo y intento comprender esas mentes, esas personas que por algún motivo actúan de esa forma. Y resulta, aprendiendo a ser humilde, a tener benevolencia, a ponerte en el lugar de esa otra persona, y sobre todo a no intentar ser más que nadie. Eso conlleva a un resultado que me a sorprendido, he notado que soy más feliz, que la vida no se trata de hacer daño a los demás, de no estar toda la vida queriendo hacer más que los demás, ser más que los demás, sino todo al contrario, ser nosotros mismos, ser uno más, ser ese que está pero no se nota, está pero no se ve.
Yo estoy en ese camino, de reflexión, de meditación, de pensamiento, de concienciación de que la vida es maravillosa, a pesar de todo lo que sucede cada día, a pesar de los problemas que tengamos, de las desgracias, si te quieres sentir bien, si quieres ser feliz, no busques un motivo, simplemente piensa que eres feliz, que la felicidad esta a tu lado siempre y que solo es cuestión de llamarla, de hacer la que brote, de darle un motivo interior tuyo para que la sientas.
Esa es mi felicidad.
Marian

1 comentario:

Liliana G. dijo...

La felicidad son momentos, puros y únicos, imposibles de describir con palabras y metáforas. La felicidad es un tesoro que se añora cuando se pierde y se ignora cuando se tiene.
Un beso grande, Marian.