30 de junio de 2009

Iñaki -Un relato sobre la homosexualidad-

Como os prometi ayer, el post de hoy es parte de un relato que iré poniendo en varios días, trata del amor entre dos hombres, y las consecuencias de el tabú que hay todavía entre nuestra sociedad.


IÑAKI

Iñaki desde que tenía uso de razón sentía en su interior una especie de terror, un miedo que lo lanzaba siempre a cohibirse, a no hacer ni decir lo que el deseaba. Había nacido en una familia humilde, a las afueras de un pueblo perdido de llamado Elosu. La vida en ese lugar era apacible, sencilla, tan solo unos pocos habitantes en el pueblo, pero la vida era maravillosa, vegetación exuberante, agua, paisajes únicos, todo aquello que cualquier persona desearía. Iñaki había nacido en casa, normalmente en invierno estos pueblos quedaban aislados por las nieves, la gente estaba acostumbrada. Desde épocas que ni se recuerdan, todos preparaban el invierno, llenaban las bodegas de comida, una buena reserva de leña que hacía que los inviernos para ellos fueran más normales.

A los 6 años Iñaki tenía que ir al colegio, debía atravesar caminos y zonas que en aquellos tiempos no tenían las comodidades de ahora, con toda la ilusión se ponía la mochila en la espalda y recorría los varios kilómetros que separaban su casa del pueblo donde estaba el colegio. En la clase tan solo había cinco alumnos, pero el profesor decía que era una gran ventaja, las enseñanzas que les podía dar eran mejores que en los colegios privados. En casi todas las aulas de los colegios se amontonaban los alumnos, eran una media de 20 a 40 personas, el profesor a veces no podía con ellos. Así, que donde iba Iñaki era perfecto, tan solo cinco niños para un solo profesor.

Cuando acabo los estudios primarios, Iñaki tenía que seguir estudiando, había sacado muy buenas notas y sus padres creyeron que lo mejor era llevarlo a un buen colegio, tendrían que hacer un gran esfuerzo ya que se tendría que quedar en un internado durante la semana, pero valía la pena por su futuro.

A los 14 años Iñaki tenía un cuerpo desarrollado, era guapo, aunque el acné había hecho señal en su cara. A él no le importaba, pensaba que la belleza se lleva en el interior, sus padres siempre le había dicho que la belleza con el tiempo te abandona, te deja huérfano, pero lo que llevas en el interior es como una flor, como una planta, si la cuidas siempre estará dentro de ti, a veces se irá, pero en la primavera vuelven a florecer. Le habían inculcado los mejores valores, la lucha por ser buena persona, vivir siempre en paz con uno mismo, y sobre todo ser feliz.

Los años de estudios pasaban e Iñaki se iba formando como persona, como estudiante y finalmente al acabar la carrera decidió dejar el pueblo y empezar su vida en la ciudad, había conseguido la mejor nota de su promoción y algunas empresas estaban interesadas en su persona.

En aquel año todo fue bien, tenia un trabajo que le permitió buscarse un piso, vivir holgadamente y enviar dinero a sus padres. Cosa que hacía cada mes, estaba realmente orgulloso en la casa del pueblo sus padres habían instalado calefacción, había arreglado la casa para tener unas mejores comodidades y hasta su padre se había comprado una furgoneta para ir a comprar a los pueblos de los alrededor.

En aquella época Iñaki empezó a sentir lo que sentía en su interior, una pesadumbre de no saber realmente quien era, desde que tuvo uso de razón había sentido algo diferente en su cuerpo, de pequeño lo había podido disimilar pero ahora tenía veinticuatro años, y aquello se había acrecentado, vivía con miedo de no poder expresar su forma de ser, sus sentimientos hacía quien desde hacía varios años le había provocado la más angustiosa de las pesadillas y la más maravillosa sensación de amor. Desde la Universidad su mejor amigo y compañero de habitación fue Roke, pasaba prácticamente todo el día junto a Iñaki, habían estudiado juntos y eran grandes amigos, pero Iñaki no lo veía así, a pesar de su gran amistad para Iñaki, Roke era algo más. Se había enamorado, había escondido dentro del rincón más profundo todo aquello que sentía por él, amor, un amor en silencio que le producía el dolor más grande en su corazón. Roke no se había dado cuenta, de momento, pensaba que simplemente les unía eso que se llama amistad, una gran amistad y compañerismo. Cuando acabaron las carreras Roke le propuso a Iñaki alquilar un piso y vivir juntos, aquello fue como un milagro, sin tener que pedírselo había sido Roke el que lo propuso. Roke era ingeniero técnico en transportes urbanos, un genio de la electrónica, Iñaki por el contrario había hecho la carrera de abogacía, ahora trabajaba en uno de las más prestigiosos Bufets de la ciudad, entre los dos pagaban el apartamento que había alquilado y cubrían gastos. Después de eso les quedaba más de la tercera parte de su sueldo. Vivían bien pero, poco a poco, Iñaki iba sumiéndose en un estado de enfermedad interior, un dolor de alma y cada vez que veía a Roke en el baño, cada vez que lo veía con una mujer estallaba dentro de si una terrible irá que hacía que desapareciera del lugar, se iba de su lado para no perder el sentido.

Mañana continua…….

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