11 de junio de 2009

Dos micro-relatos dedicados al tiempo…..

Silueta-J

Regreso a Barcelona .

Me había sentado junto a la ventanilla, para no perderme el placer de visualizar aquellos maravillosos parajes. Recordé cuando tan solo tenía 5 años los viajes con mi abuela, asientos de madera, el traqueteo de los vagones, el ruido ensordecedor de aquella chimenea de humo negro y el revisor que siempre me miraba con unos ojos de dulzura. Regresamos a Barcelona desde la Pobla de Masaluca-Faió, yo estaba triste, me acordaba de esos maravillosos días en el pueblo, corriendo, jugando entre las calles y las casas blancas envueltas en rosales rojos, amarillos y blancos de inolvidable perfume a felicidad.

La guerra no pudo con el tren

Llegaron los soldados por la carretera, cerca del emblase. Llegaban deprisa y con las armas en alto. Yo miré a mi padre, mis ojos lanzarón una especie de luz, se emmuecieron y mi padre se puso a llorar. Estaban sentado junto a su diminuta maleta, cerca del fuego, del hogar que había construido con sus manos, ahora tenía que irse, salió de la casa por la puerta de atrás y mirando con los ojos llenos de lagrimas subió al tren, el mismo que cada día pasaba cerca de la casa y del que jamás pensó que sería su salvación

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